martes, 10 de noviembre de 2009

MALVINAS: UN ERROR IRREPARABLE


La Guerra de Malvinas no sólo fue un error político y económico de un gobierno ya acabado, sino fue el error de todos los argentinos que apoyaron tal decisión.


Desde 1833 Argentina se mantuvo siempre a la espera de un progreso diplomático en las negociaciones con el Reino Unido sobre la soberanía de las islas pero un gobierno irrecuperable creyó que su solución se encontraba en el fin de esa expectativa y en la drástica recuperación de Malvinas.

Un año antes de la invasión en las Islas Malvinas para su posterior recuperación, el ex presidente Leopoldo Fortunato Galtieri justificó su erróneo accionar al manifestarle a los argentinos que “nadie pudo ni podrá decir que no hemos sido extremadamente pacientes en nuestro manejo de problemas internacionales que no surgen de ningún apetito territorial de parte nuestra”.

En aquella frase dejó claro que si el Gobierno de Gran Bretaña no emitía respuestas por el futuro del territorio, ya no habría negociación alguna sobre las islas y se comenzaría a planificar una operación militar secreta que consiguiera su devolución, y que esta debía ser “incruenta y de breve duración”.

¿Qué pasó con aquellas dos cuestiones? ¿Incruenta? ¿Breve? Ante todo hay que considerar que Galtieri utilizó esa excusa porque la economía del país se iba a pique y en aquellas islas habría una salvación monetaria con los recursos petroleros, de pesca y agua dulce que poseían; y segundo, era una guerra y todo acto bélico es violento y sanguinario.

Breve tampoco fue, duró 72 días donde los combatientes donde la mayoría de ellos eran demasiado jóvenes, sufrieron por sobre todo hambre y frío ya que el mismo Estado Nacional se encargó de “entorpecer” la llegada de comida y abrigo que millones de argentinos les enviaban para que resistieran la locura a la que el gobierno los había sometido.

Desde un principio el país supo que era incapaz de ganar este conflicto ya sea por la escasa preparación de los soldados o por los insuficientes recursos de armamento, pero el punto más importante es que de todas maneras se enviaron a 10.000 personas a luchar por su vida más que por un territorio nacional.

Ahora todos los argentinos reconocen que los soldados que combatieron son héroes, reconocen lo atroz que fue la decisión de comenzar la guerra de Malvinas; pero qué pasó en 1982 que todos miraban los hechos como si fueran un gran espectáculo y pensaban ¡fuerza chicos, hay que ganar esta batalla!

Los medios de comunicación aportaron su granito de arena a toda esa farsa: emitían noticias espectaculares donde enfatizaban que en muy poco tiempo la soberanía sería nuestra y que había que agradecerle por ello a los miles de seres humanos que estaban en las islas en pleno invierno buscando la manera de sobrevivir.

Sí son héroes, pero el reconocimiento se lo deben ellos mismos y para ellos; no el gobierno de Argentina que 27 años después alardea con “los caídos de Malvinas”, “los héroes de Malvinas” y a muchos de ellos se los ven en situaciones precarias donde se encuentran luchando (¡una vez más!) porque la sociedad le brinde otro reconocimiento que no sea de palabra.


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