martes, 20 de octubre de 2009

MOVIMIENTOS REVOLUCIONARIOS: LA LUCHA CONTINÚA


Los movimientos revolucionarios son encontrados a lo largo de la historia del mundo, sin distinción de países y creencias.

El “Mayo Francés” fue una rebelión estudiantil-obrera espontánea que tenía como único fin el rechazo al sistema capitalista, a las dictaduras estalinistas y al fascismo, y que, para alcanzarlo necesitaba la alianza de las clases subalternas con los jóvenes universitarios considerados como la inteligencia de esa época.

La Semana Rabiosa de 1968 conmovió al gobierno de Charles De Gaulle y al mundo entero debido que llegó a movilizar un millón de personas que pedían dejar de lado el clasismo, libertad para amar sin prejuicios, liberación para las mujeres y la defensa de la ecología y medio ambiente.

Los referentes intelectuales del movimiento que duró desde el 3 hasta el 15 de mayo y que tuvo su origen en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Nanterre, en Francia, fueron Herbert Marcuse y Jean Paul Sartre quienes creían que la violencia de los estudiantes era la respuesta a las fuerzas conservadoras.

Los franceses que tanto apoyaron la consigna “está prohibido prohibir” y que consideraban que el poder era el que paseaba por las calles de París, terminaron enmarcados en sus propios lemas y su fracaso confirmó aquel que decía “los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas”.

¿Por qué se considera que su movimiento fue realizado a medias? La falta de conducción política y la inexistencia de una concreta propuesta de gobierno hicieron que no se provoquen cambios decisivos en la sociedad por lo que la situación política quedó simplemente modificada y no transformada por completo.

Esta revolución se convirtió en un símbolo para el mundo, y en Argentina, tuvo su gran significancia al dar paso a lo que luego se conocería como el Cordobazo; un levantamiento de protesta popular en contra del régimen de Juan Carlos Onganía cuya insignia era “obreros y estudiantes, unidos y adelante” y que tenía como fin destituir al General para volver al gobierno peronista.

Los estudiantes universitarios aquí se levantaron contra el gobierno militar y exigieron cambios, como en su momento también lo hicieron aquellos de la reforma universitaria de 1918 y los que se enfrentaron dos años atrás cuando Onganía decretó intervención en las casas de altos estudios, y que años más tarde se conocería como “La Noche de los Bastones Largos”.

En esta revuelta la dictadura ordenó que los policías reprimieran a los estudiantes y profesores opositores, y el caos terminó en la destrucción de laboratorios y bibliotecas de las facultades junto al éxodo de profesores e investigadores con la supresión de los centros de estudiantes.

Estos movimientos revolucionarios no fueron únicos, con el transcurso de la historia siempre surgen y en cada situación acontecen hechos diferentes; no basta recordar aquel otro suceso conocido como “La noche de los lápices” donde un nuevo gobierno dictatorial es el autor de la desaparición y tortura de siete jóvenes estudiantes que demandaban en la ciudad de La Plata el Boleto Escolar Secundario.

Los procesos sociales avanzan y con ello avanzan los mismos reclamos y discusiones, los levantamientos resurgen y las soluciones siempre son inalcanzables; es un ciclo que con cada lucha vuelve a comenzar y que por desgracia nunca llega a su fin.


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